En las últimas horas se ha hecho mucho eco sobre el posible inicio de un evento de El Niño. Las proyecciones divulgadas en medios de información y en comunicados anuncian un calentamiento del Océano Pacífico, propagado por ondas Kelvin, que vendría acompañado por fuertes precipitaciones para la costa norte del Perú. Ante tales proyecciones, hay […]
Por Rodolfo Rodríguez Arismendiz. 21 marzo, 2014.En las últimas horas se ha hecho mucho eco sobre el posible inicio de un evento de El Niño. Las proyecciones divulgadas en medios de información y en comunicados anuncian un calentamiento del Océano Pacífico, propagado por ondas Kelvin, que vendría acompañado por fuertes precipitaciones para la costa norte del Perú.
Ante tales proyecciones, hay que indicar que las ondas Kelvin son parte del mecanismo oceánico, siempre se están formando y propagando de Oeste a Este en el Océano Pacífico. El efecto inmediato de la propagación de tales ondas es el calentamiento del agua de mar que puede ser temporal y no, necesariamente, provoca lluvias de magnitud entre el norte de Perú y sur de Ecuador.
Debemos preocuparnos si dicho calentamiento, previsto para abril y mayo, es sostenido en el tiempo; esto es, si dura más de tres meses y si se mantiene tal condición el resto del año, tal como sucedió en 1997. Sin embargo, y dado que tal calentamiento se presentaría ya entrado el otoño, es poco probable que haya lluvias de gran magnitud en esos meses, en la costa norte del país.
No obstante, no hay que bajar la guardia, ni se debe descuidar la adopción de medidas de prevención que siempre debemos realizar, a todo nivel, para aprender a convivir con El Niño. En los años en los que no hay este evento, se deben hacer planificaciones, diseños y obras que se adecuen a toda infraestructura para soportar un Niño fuerte.
Al hablar de este tema, me viene a la mente un artículo escrito hace poco más de un año por la Mgtr. Juana Huaco: “Prevenir, para no lamentar”, cuyo contenido viene bien en estos momentos y, nos hace ver, que poco o nada hemos avanzado en más de 15 meses (desde que fue escrito) en cultura de la prevención. Son más actuales que nunca estas frases del mencionado artículo: “Se sabe que Piura es muy vulnerable a las “aguas”, que es una zona ocurrencia de lluvias y de eventos El Niño; por ello, todo esfuerzo debería apuntar hacia la prevención, especialmente en cuanto al drenaje y a la atención de los servicios de agua y alcantarillado.
Para realizar obras de prevención y mejoramiento de infraestructuras, ya ni siquiera se debería preguntar si habrá o no un evento El Niño. Cualquier obra o iniciativa, debe considerar que en el verano (enero a marzo) siempre habrá lluvia, es lo normal en Piura. Hace unos días, el tema del día era ¿habrá fuertes lluvias en el verano? ¿El Niño será moderado o fuerte? Los especialistas han anunciado que el evento será entre moderado y leve. Entonces, ¿ya no debemos preocuparnos más? Por supuesto que hay que preocuparnos… Sin embargo, pese a las experiencias vividas con los eventos El Niño, ocurridos años atrás, aún no hay una cultura de la prevención…”.
Esta es la historia de Piura y ya sabemos que El Niño, moderado, leve o fuerte es parte de ella; entonces, no podemos ‘dormirnos en nuestros laureles’ en ningún mes del año y la cultura de la prevención ante este y otros eventos naturales, debiera ser parte de cualquier plan de desarrollo y de gestión local o regional; y hasta de los planes y obras que realicemos cada uno en nuestras casas.